Fiebre y uso de antipiréticos. Academia Americana de Pediatría 2011

La fiebre en un niño es uno de los síntomas clínicos más comunes manejados por los pediatras y otros profesionales de la salud y una causa frecuente de la preocupación de los padres. Muchos padres administran antipiréticos, incluso cuando existe una poca o sin fiebre, porque les preocupa que el niño debe mantener una temperatura «normal». Fiebre, sin embargo, no es la enfermedad primaria, es un mecanismo fisiológico que tiene efectos beneficiosos efectos en la lucha contra la infección.

No hay evidencia de que la fiebre empeore el curso de una enfermedad o que sea la causa de complicaciones neurológicas a largo plazo. Por lo tanto, el objetivo principal de tratar al niño con fiebre debe ser para mejorar el confort general del niño en lugar de centrarse en la normalización de la temperatura corporal.
Aconsejar a los padres o cuidadores de un niño febril para el bienestar general del niño, la importancia de monitorizar el grado de actividad, observar signos de enfermedad grave, fomentar la adecuada ingesta de líquidos, y el almacenamiento seguro de antipiréticos. La evidencia actual sugiere que no hay ninguna diferencia sustancial en la seguridad y la eficacia de acetaminofeno (Parecetamol) y el ibuprofeno en el cuidado de un niño saludable en general con fiebre. Existe evidencia de que la combinación de estos dos productos es más eficaz que el uso de un único agente, sin embargo, existe la preocupación que el tratamiento combinado puede ser más complicado y contribuir para el uso seguro de estos medicamentos. Los pediatras también deben promover la seguridad del paciente mediante la promoción de fórmulas simplificadas, las instrucciones de dosificación, y dosificadores.
Pediatrics 2011;127:580–587

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