Incapacidad funcional en ancianos: intervención de enfermería

El envejecimiento individual no es un fenómeno exclusivo de las sociedades modernas, pero durante el presente siglo se ha incrementado en forma marcada el número de personas que sobrepasa las barreras cronológicas establecidas como inicio de la etapa de vejez, dando origen al fenómeno del envejecimiento poblacional que, sin bien es uno de los logros más importantes de la humanidad, afecta a todas las áreas del entramado social con consecuencias de todo tipo que requieren de soluciones adecuadas (1). Cuba no escapa a esta problemática, pues en la actualidad el nivel de salud de la población ha mejorado a tal punto que las personas tienen una esperanza de vida al nacer de 78 años, 80 años para las mujeres y 76 para los hombres, lo que sitúa al país dentro del 25% de la población mundial que puede aspirar a que sus niñas y niños vivan 77 años o más.

Tradicionalmente se asume que la incapacidad se asocia en forma inevitable e irreversible al proceso de envejecimiento, aunque gran parte de los ancianos son independientes y activos. En comparación con los jóvenes, las personas mayores sufren proporcionalmente más enfermedades que tienden a la cronicidad y que se asocian a discapacidad funcional, de modo que a medida que se prolonga la expectativa de vida se incrementa el número de años de dependencia e incapacidad (2). El personal de enfermería tiene una gran responsabilidad en la atención de este grupo poblacional; por ello debe trabajar en la adquisición de conocimientos cada vez más sofisticados que le permitan mejorar el Plan de Cuidados que se diseña para cada uno de estos pacientes (3). La implementación del proceso de ampliación del perfil de desempeño del personal de enfermería brinda la posibilidad de identificar necesidades de atención no conocidas en los individuos y sus familias y de tomar medidas en consecuencia, aspecto que hasta ahora ha estado reservado para el accionar médico (4). La salud del anciano está muy ligada a su funcionalidad, de modo que dentro de su evaluación es fundamental determinar en forma objetiva su capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria y su grado de dependencia, aspectos que constituyen indicadores del estado de salud del individuo. Por ello es importante realizar estudios en la comunidad que permitan determinar los riesgos y las características de la población mayor de 60 años en los aspectos descritos y según esto, establecer programas de prevención o rehabilitación con base en fundamentos científicos y protocolizados de tal forma que simplifiquen y mejoren el nivel de los cuidados de enfermería.

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